Una familia de clase media, decide pasar sus vacaciones en África. Compra sus pasajes en cómodas 88 cuotas, y a petición de los niños, también llevan al perro de la casa. Pero el avión sufre un accidente y tiene que realizar un aterrizaje de emergencia en medio de la jungla.
Todos los pasajeros se salvan, pero han perdido completamente sus equipajes que caen en otro sector. Y nuestro perrito cae junto a los equipajes, pero se encuentra totalmente perdido y solo.
Comienza a caminar y se pierde en medio del Congo. De repente ve a lo lejos que viene una pantera enorme a toda carrera. Al ver que la pantera se lo va a devorar, piensa rápido que hacer. En eso ve un montón de huesos de un animal muerto y empieza a mordisquearlos. Cuando la pantera está a punto de atacarlo, el perrito dice:
- Ah!, qué rica pantera me acabo de comer!!
La pantera lo alcanza a escuchar y frenando en seco, gira y sale despavorida pensando:
- ¡Quien sabe qué animal será ese, no me vaya a comer a mí también!
Un mono que andaba trepado en un árbol cercano y que había visto y oído la escena sale corriendo tras la pantera para contarle como la engañó el perrito:
- "Cómo serás de tonta, esos huesos ya estaban ahí, además es un simple perrito."
El perro alcanza a darse cuenta de la maldad del mono.
Después que el mono le contó a la pantera la historia de lo que vio, ésta le dice al mono:
- "¡Súbete a mi espalda, vamos donde ese perro a ver quién se come a quién!".
Y salen corriendo a buscar al perrito.
El perrito ve a lo lejos que viene nuevamente la pantera, y esta vez con el mono hablador.
"Y ahora qué hago?", piensa todo asustado el perrito.
Entonces, en vez de salir corriendo, se queda sentado dándoles la espalda, como si no los hubiera visto, y en cuanto la pantera está a punto de atacarlo de nuevo, el perrito dice:
- "¡Ese mono idiota, hace rato que lo mandé a traerme otra pantera y todavía no aparece!"
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